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En los estudios polisomnográficos se observa que el consumo de nicotina incrementa el tiempo que se tarda en dormirse, acorta la duración total del sueño, aumenta el despertar precoz y suprime el sueño REM y el de ondas lentas. Sin embargo, la impresión subjetiva de los fumadores, no siempre corresponde con estas observaciones.
El efecto en el sueño cuando se deja de fumar es de empeoramiento y puede durar hasta 3-4 semanas. Por eso, antes de retirar el tabaco es conveniente consultar con un médico especialista.
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